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LA HORA DEL CALAMAR

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LA I:

La consulta ‘fantasma’ sobre el cambio de hora reabre en España el debate sobre qué huso horario es más idóneo

(INFOLIBRE, 1.9.2018)

EL PUNTO: Como buenos calamares, los políticos europeos lanzan tinta para consumo fácil. Después de un verano con tanto arroz negro, el mensaje es fácilmente asimilable. Sin embargo, para quién considere que el de cambio de hora es beneficioso para el ahorro energético, el sueño y el rendimiento laboral (que acostumbra a ser el verdadero objetivo), sugiero alguna medida más allá de los dictados supranacionales.

En primer lugar, cambio en la parrilla de las televisiones. Si una de las razones es el adelantar la hora de irse a la cama (con el beneficioso efecto colateral del incremento de la natalidad), anticipando las películas una hora (actualmente casi todas son a partir de las 22h), se obtendría el mismo efecto que el cambio de hora en gran número de familias.

En segundo lugar, fomentar la siesta. Incluso los exprimidos japoneses dedican unos minutos a recostar los codos en la mesa de trabajo, reclinarse y dar una cabezadita. Si ellos lo hacen después de unos breves fideos sorbidos estruendosamente, ¿qué no harán nuestros conciudadanos después del menú grasiento del bar de la esquina? ¿Imagina su gerente el  entusiasmo que aplicarán sus mandados a la tarea de tarde, después de tal breve asueto?

En fin, intellectus aprepatus discurrit. No todo es necesario que nos venga dictado desde arriba; no todos los debates tienen igual peso, aunque al parecer sí volumen. Con un poco de imaginación la vida se hace más fácil.