Noam Chomsky ha detectado las 10 estrategias de manipulación mediática.
Quizá lo conozcáis, pero por si acaso no quiero dejar pasar la ocasión de pasároslas.
1-La estrategia de distracción
El elemento primordial del control social es la estrategia de distracción que consiste en desviar la atención del público de los importantes problemas y cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones e información insignificante.
La estrategia de distracción también es fundamental para evitar que el público se interese por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética, manteniendo así la atención del público desviada de los problemas sociales reales, aprisionada por cuestiones sin importancia real.
Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin tiempo para pensar, de regreso a la granja como otros animales (citado en el texto “Armas silenciosas para guerras silenciosas”).
2- Crear problemas y luego ofrecer soluciones.
Este método también se denomina «problema-reacción-solución». Se crea un problema, una «situación» que se espera que provoque cierta reacción por parte del público, con el objetivo de que éste sea el impulsor de las medidas que se quiere aceptar. Por ejemplo: dejar que la violencia urbana se extienda o se intensifique, u organizar ataques sangrientos, con el objetivo de que sea el público quien exija leyes y políticas de seguridad a expensas de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer que la degradación de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos sean aceptados como un mal necesario.
3- La estrategia de la gradualidad.
Para que se acepte una medida inaceptable, aplíquela gradualmente, con gotero, durante años consecutivos. Es así como se impusieron condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) durante las décadas de los 80 y 90: Estado mínimo, privatización, precariedad, flexibilidad, desempleo masivo, salarios que ya no garantizaban ingresos dignos, tantos cambios que habrían provocado una revolución si se hubieran aplicado de inmediato.
4- La estrategia de aplazar.
Otra forma de conseguir que se acepte una decisión impopular es presentarla como «dolorosa y necesaria», ganando la aceptación pública, en el momento, para su futura aplicación. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que uno inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es lo que se necesita de inmediato. En segundo lugar, porque el público, la masa, siempre tiende a esperar ingenuamente que «mañana todo será mejor» y que se evite el sacrificio requerido. Esto le da al público más tiempo para acostumbrarse a la idea del cambio y aceptarlo con resignación cuando llegue el momento.
5- Dirigirse al público como niños.
La mayor parte de la publicidad dirigida al público en general utiliza discursos, argumentos, personajes y una entonación especialmente infantil, muchas veces cercana a la debilidad, como si el espectador fuera una criatura de pocos años o un deficiente mental. Cuanto más intentas engañar al espectador, más tiendes a usar un tono infantil. ¿Por qué? «Si alguien se dirige a una persona como si tuviera 12 años o menos, entonces, basándose en la sugestión, tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción incluso no crítica como la de una persona de 12 años o menos «(Ver» Armas silenciosas para guerras pacíficas «).
6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Explotar la emoción es una técnica clásica para provocar un cortocircuito en un análisis racional y, en definitiva, en el sentido crítico del individuo. Además, el uso del registro emocional permite abrir la puerta al inconsciente para implantar o inyectar ideas, deseos, miedos y miedos, compulsiones o inducir conductas.
7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y métodos utilizados para su control y esclavitud.
«La calidad de la educación que se le da a las clases sociales bajas debe ser lo más pobre y mediocre posible, para que la distancia de ignorancia que proyecta entre las clases bajas y altas sea y siga siendo imposible de cubrir por las clases bajas«.
8- Animar al público a ser complaciente con la mediocridad.
Hacer creer al público que está de moda ser estúpido, vulgar e ignorante …
9- Fortalecer la auto-culpa.
Hacer creer al individuo que solo él es el culpable de su desgracia, por su insuficiente inteligencia, sus habilidades o sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se devalúa y se culpa a sí mismo, lo que a su vez crea un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y sin acción no hay revolución!
10- Conocer a las personas mejor de lo que se conocen a sí mismos.
Durante los últimos 50 años, los rápidos avances de la ciencia han generado una brecha cada vez mayor entre el conocimiento del público y el que poseen y utilizan las élites gobernantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el «sistema» ha gozado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto en su forma física como mental. El sistema ha logrado conocer al individuo común mejor de lo que él mismo se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un mayor control y poder sobre los individuos, mayor que el que el individuo ejerce sobre sí mismo.